domingo, 22 de abril de 2007

Poemas de Ulises

Una tarde de domingo que Ulises se encontraba solo, se sentó sobre un montículo de piedras. El atardecer era maravilloso, como un sol que abre a si mismo sus entrañas. El cielo rojo desbocado estremeció a Ulises, temblando sacó de su bolsa de cuero un papel y un lápiz, había sentido que en aquel momento algún rayo de algún dios lo fulminaba a través de la poesía.

Ulises escribió:
I

Las cuerdas de mi guitarra yacen inertes
sobre el sofá vacío.
No dejes de mirarme,
a la distancia te necesito.
Tu respiro se desliza sobre mí
mientras la música despierta a los sentidos.
¿No sabes que la noche ha sido siempre mía y el día tuyo?.
Te recuerdo y también recuerdo al espacio vacío,
a la flauta traversa en el infinito absoluto.
Ábreme las venas te lo pido,
dame libertad contigo.
"¿Dónde quedó toda la humanidad?" ¿dónde?.
No deseo que la tarde se convierta
en árboles pertrechados con hojas de estío.
Todos los minutos se vuelven enemigos
de una fuerza extraña
que no quiere salir
de un estado de silencio absurdo.
No digas que soy el responsable
de las palabras tullidas,
del fracaso de la mutación del amor y de la muerte.
Mi alma entera es la lucha contra el hastío,
el hastío contra la moral que no necesito.
Siempre creí que la luz conduce a la oscuridad,
y que la oscuridad es la puerta abierta
hacia otros mundos que ansío.
Déjame en paz, por favor, te lo pido.
No me vincules ni me ates a ningún sitio,
porque a ningún sitio pertenezco
y mi camino está lejos de todos los recuerdos,
porque en el camino hacia la distancia
recompongo a mis muertos
y evoco a los dioses del Olimpo.



II


En las alturas del monte Parnaso
Apolo toca la lira y llora,
y yo no te encuentro.
¿Alguna vez estuviste allí?
Pero esta vez te he reconocido.
Te veo a través de la luz,
veo tu rostro junto a las náyades,
acaricio tu rostro, ¿qué haces aquí?.
Yo fui siempre de las alturas ¿pero tú?.
Tú viniste del llano, de Iberia,
me convenciste para hacer el gran viaje,
a pesar que sabías que Penélope era mi mundo.
¿Por qué te interpusiste entre Penélope y mi vida?.
¿Por qué?
Dame una explicación por favor,
dame una excusa para olvidarte,
para retornar a Ítaca, la patria querida,
la patria de Odiseo.










2 comentarios:

Anónimo dijo...

El blog está muy bueno, felicitaciones!!

Anónimo dijo...

Realmente un muy buen blog, estamos a la espera que escribas más Ulises.